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Hablemos sobre la perfección y la agilidad...

  • Foto del escritor: gabrielabedonm
    gabrielabedonm
  • 21 ene
  • 3 Min. de lectura

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Es verdad que debemos ser muy honestos con nosotros mismos para aceptar que a menudo nos encontramos atrapados en la búsqueda implacable de la perfección, (a veces sin darnos cuenta) lo que puede tener un efecto paralizante en nuestra productividad. 


Creemos que la perfección es el estándar que debemos alcanzar en todo lo que hacemos, desde reportes, presentaciones hasta proyectos y relaciones interpersonales. Sin embargo, esta mentalidad puede ser alejarnos de agregar verdaderamente valor en lo que hacemos que es la primera consigna cuando hablamos de agilidad: "Agregar valor frecuente".


El perfeccionismo consume demasiadas horas que pudiéramos estar empleando para cosas importantes, no me refiero a que normalicemos el trabajo mediocre de hoy en adelante, para nada. Estoy hablando de encontrar un equilibrio consciente entre "hacer lo bien" y el “resultado”.


Primero exploremos algunos mitos:


  1. "La perfección es la única opción": Muchas veces nos engañamos pensando que solo lo perfecto es aceptable. Esto puede llevar a la procrastinación, ya que tememos no poder cumplir con ese nivel de excelencia. En lugar de eso, enfoquémonos en hacer lo mejor posible y aprender de las experiencias.

  2. "La perfección impulsa la eficiencia": Aunque la búsqueda de la excelencia puede mejorar la calidad de nuestro trabajo, obsesionarse con la perfección puede frenar la eficiencia. En lugar de invertir tiempo infinito en detalles insignificantes, es más sensato establecer límites de tiempo realistas y centrarse en el progreso constante.

  3. "Los errores son inaceptables: La perfección implica evitar errores a toda costa. Sin embargo, los errores son oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Al abrazar los errores y aprender de ellos, podemos evolucionar tanto profesional como personalmente.

  4. "La perfección garantiza un resultado exitoso": Aunque la perfección puede impresionar momentáneamente, no garantiza el éxito a largo plazo. La innovación y la adaptabilidad son más valiosas en un entorno de constante cambio.


Ahora bien, ¿Cómo cultivar una mentalidad consciente de la perfección?: 


  1. Establecer prioridades claras: En lugar de buscar la perfección en todos los aspectos, identifica las áreas clave donde la excelencia es crucial. Esto te permitirá enfocar tus recursos y esfuerzos en los aspectos más importantes de tu negocio.

  2. Fomentar la comunicación abierta: Promueve un entorno donde la comunicación abierta y honesta sea valorada. Esto permite a los miembros del equipo expresar preocupaciones y aprender unos de otros, creando un ambiente propicio para el crecimiento.

  3. Celebrar el progreso: En lugar de enfocarte únicamente en los resultados finales, celebra los logros y avances a lo largo del camino. Reconocer el progreso motiva y refuerza una mentalidad positiva.

  4. Aprender de los errores: Cambia tu perspectiva sobre los errores, viéndolos como oportunidades de aprendizaje en lugar de fracasos. Anima a tu equipo a reflexionar sobre los errores y a buscar soluciones creativas.

  5. Aceptar la Iteración: La agilidad se basa en la capacidad de iterar y mejorar continuamente. Acepta que el primer intento puede no ser perfecto y permite la retroalimentación y el ajuste constante.

  6. Fomentar la tolerancia al fracaso: Cambia la percepción del fracaso como algo negativo a verlo como una oportunidad de aprendizaje. Alentar a tu equipo a tomar riesgos calculados y aprender de los errores, fortalecerá la agilidad.


Está claro entonces que la búsqueda implacable de la perfección puede obstaculizar nuestra agilidad al crear obstáculos en la toma de decisiones, la flexibilidad y la innovación. El reto está en encontrar un equilibrio entre la búsqueda de la excelencia y la adaptabilidad para aprovechar al máximo las oportunidades y enfrentar los desafíos propios de la industria donde nos encontremos. 


Liberarnos de la trampa de la perfección o empezar a trabajar en ello, es aceptar que la verdadera excelencia radica en nuestro compromiso constante con la mejora y el aprendizaje continuo.

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